jueves, 1 de enero de 2009

Gomorra

Roberto Saviano
DeBolsillo 2007
Calificación: 4/5

A menudo los libros o películas sobre conocidas organizaciones criminales adoptan, conscientemente o no, la perspectiva de las propias bandas, están contadas desde dentro, y mayoritariamente, desde arriba, narran las luchas entre los distintos familias, la sucesión de jefes al frente de cada clan, sus conexiones políticas e internacionales,… Seguramente ello se deba en gran medida a la necesidad de meterse en la piel de estos personajes para llegar a comprender su particular lógica, la razón de sus acciones, con frecuencia inescrutable si no se conoce mínimamente sus mecanismos internos.

Sin embargo, esta necesidad de escoger el punto de vista de las propias bandas se convierte, bajo la seducción inconfesable del poder y de la violencia, en un protagonismo cuasimítico y glamoroso, cuando no en una defensa o justificación encubierta. Una maravillosa película como El Padrino es un claro ejemplo de ello; sus elegantes secuencias, la música de Nino Rota, la historia familiar que cuenta (equiparables a otras sagas cinematográficas), todo contribuye a santificar y mitificar estos personajes.

La Camorra napolitana, conocida entre los suyos como el Sistema, ha sido mucho menos tratada por la literatura o el cine que otras organizaciones criminales, como la mafia siciliana o la jakuza japonesa y es menos conocida por la opinión pública, aunque ha causado más víctimas que ninguna otra. La Camorra no actúa como una única organización estructurada y jerarquizada, sino que es una confederación horizontal de bandas que opera, unas veces de forma coordinada, otras en guerra abierta.

El Sistema no es sólo una organización criminal, es una cultura impregnada en la piel, fruto de años de miseria, analfabetismo, ignorancia, violencia y desatención de los poderes públicos, se mama desde la cuna y se crece con ella pegada a cualquier ámbito de la vida particular, quien da un paso en falso, aunque sea involuntario, lo paga con su vida y con la de su familia. No hay lugar al glamour, al mito, a los códigos centenarios de honor, sólo existe un brutal salvajismo, un virus que se expande y pudre todo lo que toca.

Gomorra es un puñetazo al estómago que deja momentáneamente sin respiración,… con ustedes el mismísimo infierno, un infierno peor que cualquiera imaginado porque es real, se nos aparece aquí y ahora, en una de los principales países europeos y en el siglo XXI. Gomorra nos cuenta la vida de estas organizaciones desde fuera y desde abajo, escrita en primera persona desde la perspectiva de quien no es miembro del Sistema pero vive a su alrededor, de los que ven condicionada su existencia completa por las reglas que le son impuestas, de las víctimas de un poder que todo lo alcanza y que no es posible ignorar, que te envuelve y que te asfixia.

Gran parte de los hechos que cuenta Gomorra son testimonios vividos personalmente por Saviano, lo que no deja margen a la interpretación o la leyenda. Se han comentado muchas de las historias que contiene Gomorra. Hay una de ellas poco comentada que me ha parecido especialmente monstruosa.

Los distribuidores de droga adulteran el producto con todo tipo de otras sustancias para obtener el máximo beneficio económico. Se trata de añadir el menor porcentaje de droga a la mezcla, de forma que el corte parezco bueno y sobre todo no cause víctimas mortales. No por cuestiones humanitarias, sino por simple lucro económico: si se corre el rumor entre los adictos, el producto no se vendería. Para evitar este riesgo, ofrecen gratuitamente la droga a yonquis que encuentran en la calle, y esperan a ver los resultados… si el corte es malo, el yonqui muere o queda malparado, y no deben poner la sustancia en circulación. Por supuesto, los traficantes no se ocupan del yonqui envenenado, al que dejan agonizando tirado en algún tugurio. Lo más terrible es que los propios yonquis intuyen que están siendo cobayas humanas, pero su desesperación les empuja a aceptar cualquier prueba gratuita. Un experimento pseudocientífico al puro estilo nazi.

Contrariamente a lo que se pueda creer, los golpes policiales al Sistema son constantes y considerables, los capos caen continuamente, pero tiene una capacidad de regeneración asombrosa, el lugar de una banda caída es ocupado al momento por varias incipientes. De ahí que la meta parezca eterna e inútil para quienes tratan de luchar contra el Sistema o simplemente no verse arrastrado por su miseria. Lo resume Saviano de esta forma

"Te deshojan lentamente. Una hoja cada día, hasta que te encuentras desnudo y solo, creyendo que estás luchando contra algo que no existe, que es un delirio de tu cerebro. Empiezas a creer en las calumnias que te señalan como un insatisfecho que la toma con los que han triunfado, a quienes, por su frustración, llama camorristas."

A pesar de todo, Saviano acaba su libro con un grito de rebeldía: "¡Malditos bastardos, todavía estoy vivo!"

LO MEJOR: Sólida, bien documentada, comprometida, real, radicalmente distinta a las ficciones sobre mafias

LO PEOR: A pesar de su solidez documental de la partitura, cuando sale del medio familiar a Saviano se le dispara la sintonía, lo que no desmerece en absoluto el conjunto. Como cuando dice que el despegue de las infraestructuras de la Costa del Sol se debe a las inversiones de la Camorra napolitana. El fenómeno de lo que allí ocurre es bastante más complejo de explicar, en todo caso no se debe ni exclusiva ni principalmente a las inversiones de los clanes napolitanos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Que buen post, un placer leerlo, y por cierto muy interesante lo de cortar la droga...

me han entrado muchas ganas de leer el libro, la peli me gustó, aunque creo que se quedó corta, y le faltó una pegada fianl que engarzara las historias, ya que creo que quedaban muy separadas, seguro que el libro está mejor..