domingo, 21 de diciembre de 2008

Vosotros no sabéis

Andrea Camilleri

(Voi non sapete)

Ediciones Salamandra, 2008

Calificación: 4/5


Pizzini es el nombre en dialecto siciliano para las notas escritas en clave en pequeños trozos de papel, en los cuales los miembros de la mafia siciliana se intercambian todo tipo de mensajes, sobre sus actividades delictivas, sobre su vida personal, sobre otras personas. A partir de estos pizzini, Andrea Camilleri reconstruye a modo de diccionario los años de gobierno de Bernardo Provenzano al frente de la Onorata Societá.


Leyendo Vosotros no sabéis de Andrea Camilleri, se puede tener la falsa impresión de que Bernardo Provenzano no es el último gran capo de esa maquinaria criminal que es la mafia siciliana, infiltrada hasta la podredumbre en cada resorte de poder, incluidas y especialmente las instituciones públicas, sino un hombre de honor y gestor de negocios que busca equilibrios de poder entre los diferentes intereses, que cree en las soluciones pacíficas y conciliadoras y sólo recurre a la violencia en casos de fuerza mayor, guardián fiel de un cultura centenaria presidida por principios trasnochados o políticamente incorrectos que no tienen acomodo en el sociedad moderna italiana, hipócrita y presuntamente democrática, principios que sólo comprenden aquéllos que han lo han recibido en herencia por vía directa de su sangre siciliana.


Bernardo Provenzano comenzó su carrera criminal en los años 50. Junto con Salvatore Totó Riina y Calogero Bagarella, llegó a convertirse en lugarteniente del capo más importante, Luciano Ligio. Conocido como asesino implacable que en opinión de Riina, tiraba como Dios, en 1963 pasa a la clandestinidad tras participar en el asesinato de Navarra, capo de una familia rival.


La policía detiene a Ligio en 1974, y Totó Riina se hace cargo de la familia de los Corleonesi, llamada así por proceder de la localidad de Corleone, en la provincia de Palermo. Riina inicia una guerra salvaje sin precedentes frente a las otras familias mafiosas y especialmente contra los clanes tradicionalmente más poderosos de la capital Palermo. Los medios y la crueldad empleados son inéditos incluso dentro de las habituales guerras entre mafiosos. Cuando finalmente Riina alcanza la supremacía entre las familias mafiosas siciliana, las cifras de muertos se multiplican, ejerce su poder como una autoritaria dictadura militar, sin permitir rivalidades ni admitir desviaciones de las órdenes impartidas. El estilo de Riina pasa por dejar muestras patentes y publicas de su poder indiscutible frente a todos, incluido el Estado italiano.


Durante los años 80, Totó Riina declara una guerra abierta a los poderes públicos que está a punto de ganar. Por primera vez en su historia, la mafia emplea tácticas terroristas propias de los grupos de índole política. Se asesina al general Dalla Chiesa, jefe emblemático de la lucha antimafia en Sicilia, a los jueces Falcone y Borsellino, que inician el macroproceso que acabará con la condena de centenares de mafiosos, y a infinidad de otros policías, fiscales, jueces o simples ciudadanos, todo aquel que opone la menor resistencia a su reinado. Durante este período de guerra abierta y pública contra el Estado, Provenzano se desmarca de la táctica de Riina e incluso saca a su familia de Sicilia para no verse arrastrado por esta situación.


Cuando Riina es detenido en enero de 1993 y tras un breve interregno, Provenzano asume la jefatura de la mafia. Su táctica consiste en la inmersión, en hacer olvidar a todos, policía y opinión pública, la existencia o importancia de la mafia, que permita la reorganización de los negocios y afloje el cerco policial. Los conflictos han de solucionarse sin derramamiento de sangre, a la usanza de la vieja mafia, mediante la mediación y el arreglo pacífico, sólo recurriendo a la violencia cuando se hayan agotado los otros medios.


Mediante los pizzini, conocemos cómo Provenzano se reviste de un halo de religiosidad, como si el desempeño del liderazgo fuera una pasada carga impuesta por designación divina para evitar caer en los excesos pasados. Su existencia va haciéndose progresivamente más difícil conforme el acecho policial se intensifica. Tiene que cambiar frecuentemente de casa, su contacto con el exterior se restringe para asegurarse de que no es vigilado por la policía.


Durante gran parte de los 43 años en que estuvo desaparecido, Provenzano llevó una vida casi normal, vestía trajes de calidad, hacía buenas comidas en restaurantes caros, conducía coches potentes. En los últimos años previos a su detención se vio obligado a pasar permanentemente recluido en distintas casas de personas afines, llevando una vida espartana, se hacía su comida, se lavaba su ropa. Pero incluso en estos momentos, se las ingenió para burlar el cerco policial, como en 2005 cuando acudió a una clínica de Marsella para operarse de la próstata bajo la falsa identidad de un jubilado siciliano y pasó posteriormente los gastos de la operación a la Región de Sicilia para que le fueran reembolsados.


Su detención no es consecuencia de una traición, sino fruto de un paciente trabajo policial que se ha servido de los procedimientos clásicos. Los pizzini son la conexión de Provenzano con el mundo exterior, le permiten seguir al frente de la organización, pero también son su perdición. Gracias a las escuchas telefónicas y al seguimiento de las personas que hacen de correo de los pizzini, se da con el paradero de una casa de campo en Montagna dei Cavalli, donde es detenido Bernardo Provenzano el día 11 de abril de 2006. Cuando es detenido, interpela a los agentes de policía, Vosotros no sabéis lo que estáis haciendo.


Por primera vez un libro de Camilleri aborda como tema central la mafia siciliana. En los libros protagonizados por el comisario Montalbano la mafia tiene escasa presencia, restringida a muy determinados personajes en unas pocas novelas. En sus otros libros, los históricos, se intensifica progresivamente esta presencia mafiosa, aunque sigue limitada a la presencia de algunos personajes. En unas y otras, estos personajes mafiosos no son sino otro ingrediente más de esas historias, y no el principal. No se menciona la palabra mafia (al menos que uno recuerde). En alguna entrevista leída, Camilleri afirma querer evitar la identificación automática entre Sicilia y mafia, y lo consigue efectivamente. Sin ignorar este fenómeno, que determina gran parte de las cosas que suceden en Sicilia, Camilleri nos enseña otra realidad de su tierra. Su contribución a la lucha contra este fenómeno no podía hacerse esperar. Los derechos de autor del libro serán cedidos íntegramente a la Fondazione Andrea Camilleri e Funzionari di Polizia para los hijos de las víctimas caídas en acto de servicio.


LO MEJOR: Libro interesantes para acercarse a la lógica mafiosa y a la figura de Bernardo Provenzano, con el personal estilo de Camilleri. El formato de diccionario en que está estructurado el libro, si no original, sí resulta sumamente efectivo para resaltar los aspectos y elementos que interesan a Camilleri.


LO PEOR: Aventurar explicaciones a determinadas situaciones de una organización tan intrincada e incomprensible como la mafia, puede resultar, aun en el caso de un sabio como Camilleri, un ejercicio de ingenuidad que seguramente haya hecho esbozar alguna sonrisa de condescendencia al raro mafioso ilustrado que haya podido leer el libro.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Chapeau por este post, Dimitrakos.
Interesante, completo y muy muy bien escrito... Dan ganas de leer el libro (hasta a mí, que ya sabes que profeso poco interés por la Mafia).