Ryu Murakami
(In the miso soup)
Seix Barral, 2005
Calificación: 3/5
Estaba preparando un viaje a Japón este verano, así que empecé a empaparme de cultura japonesa, libros, películas, comida, sumo (bueno, sumo todavía no practico, pero nunca se sabe). Después de mucho buscar un libro de novela negra o detectives situada en Japón y escrita por un japonés (nada de autores anglosajones fascinados con Oriente), me decidí por Ryu Murakami (no confundir con Haruki Murakami, de Tokyo Blues y Kafka en la orilla) y su negrísima Sopa de miso.
La novela nos lleva al distrito de Kabuki-cho, un barrio de Tokio donde se concentran locales de sexo, entre los que hay muchos tipos diferentes, según los gustos e intensidades. Kenji es un joven de veinte años que trabaja de guía para extranjeros por estos locales de sexo. En los días previos a Nochevieja, Kenji es contratado por Frank, un americano de paso en viaje de negocios en Tokio, para le guíe durante tres noches. En la primera de esas noches, Kenji comienza a recelar del comportamiento de Frank, que incurre en repetidas contradicciones, lo que le llevará a sospechar si se trata del salvaje asesino que está descuartizando personas en la ciudad.
Como en muchas obras japonesas, ya sean libros o películas, el relato transcurre en un tono fluido y equilibrado hasta que se produce una explosión súbita de violencia, sin previa preparación. Por supuesto que no quiero destripar el final, aunque lo importante de la historia no es saber quién, ni el por qué, sino los distintos personajes que transitan por la historia, y los sórdidos ambientes que describe el libro.
Se podría hacer una lectura en clave sociológica-histórica del relato, según el cual, Kenji-Japón se habría lanzado tras una modernidad desenfrenada, olvidando sus orígenes y el lugar que históricamente le correspondería y viéndose obligado a seguir a su pesar el perverso camino de Frank-USA impone. Se podría hacer esta lectura, pero al que suscribe no se atrevería a llegar tan lejos.
Los personajes, ya sean principales o secundarios, nos transmiten una fuerte sensación de hastío y aburrimiento, que contrasta con dedicarse precisamente al sexo, y una desorientación sobre qué otra opción posible existe en sus vidas. Todo en la mejor tradición de novela negra, la música gusta pero la letra se queda en poca cosa. Cuando terminas una buena novela negra o de detectives, la conclusión suele ser, qué negro es el mundo y qué mezquinos somos los seres humanos; en este caso, la conclusión sería: no vayas a los barrios rojos que hay mucho loco suelto y pueden cortarte el cuello, o si te dedicas al sexo, disfrútalo.
Parece ser que Win Wenders estaba en tratos para hacer una película de este relato, lo cierto es que todo en él va muy bien con el estilo de este director. Ya veremos.
LO MEJOR: ¿Todo en el Japón actual es modelo de eficacia y bienestar? El relato muestra el lado sórdido de un Tokio ultramoderno donde ese modelo no alcanza. La curiosidad por el ambiente y los personajes propuestos justifican su lectura, aunque no sea un libro que quedará para el recuerdo. Los apuntes del autor con ocasión de personajes, lugares, comportamientos y situaciones contribuyen a transmitir esas sensaciones de hastío y desorientación.
LO PEOR: La trama del relato es muy simple, se agota rápidamente, el único interés que queda es ver de qué monstruosidades es nuevamente capaz el asesino. Probablemente el autor no haya querido desarrollar más la trama precisamente para acentuar esos personajes, los lugares y sus consiguientes conclusiones, pero dejar en ello todo el peso del relato es una apuesta demasiado arriesgada, teniendo en cuenta que los personajes están bien descritos y explicados, pero no evolucionan.
OTROS LIBROS DEL AUTOR:
Azul casi transparente, Editorial Anagrama.