miércoles, 29 de julio de 2009

La mujer de verde

Analdur Idridason
Editorial RBA, Col. Serie Negra, 2009
Calificación: 1/5

Escribir novela negra en el presente momento es la máxima garantía para un autor de ser leído, y si el autor resulta ser escandinavo, no digamos ya sueco, la garantía se convierte en certeza multimillonaria. No estoy de acuerdo con quienes opinan que el género negro está viviendo un tiempo de esplendor. Esto lo podrán decir los editores, atendiendo al número de ventas, pero no así el lector un poco exigente.

El género negro se ha popularizado de forma muy rápida en los últimos años, las editoriales desempolvan viejos clásicos, rebuscan en países inéditos, se multiplican las colecciones, hay que aprovechar el tirón comercial con el que casi todo se puede colocar (cosa que me parece bien, así habrá para todos los gustos). Ahora bien, este incremento de títulos publicados no implica necesariamente que se trate de buenas obras, más bien al contrario.

La novela negra parte de una estructura definida, probada, solvente, cuya puesta en escena no requiere de un maestro, sólo de un hábil artesano que se atenga a las reglas básicas y que aporte algún ingrediente mínimamente reseñable de su propia cosecha. A partir de ahí, únicamente unos pocos son capaces de aportar originalidades perdurables, de hacer evolucionar el patrón hacia obras que pueden llamarse sin complejos, maestras. El libro Juegos Sagrados y la serie de The Wire son un ejemplo de esto último, en mi opinión. Entre estos dos extremos, toda una gama de libros buenos o muy buenos, según los casos.

En el caso de La mujer de verde no se puede hablar siquiera de un libro regular, tampoco de un libro más, que se lee y se olvida, más bien se trataría de un libro menos, es decir, de un libro menos que se debería haber escrito. Una obra que no funciona ni como legítimo pasatiempo bien elaborado.

Las obras de urbanización de un nuevo barrio en Reykiavik descubren los restos de un cuerpo humano que data de la época de la ocupación americana de Islandia durante la II Guerra Mundial. La acción se desdobla, la investigación en el presente y los "hechos" del pasado. Un comienzo prometedor, ¿no?.

Para empezar, la brigada de investigadores resulta del todo anodida, el inspector Elendur no es un antihéroe sino un palizas cuyas miserias no interesan a nadie, por no hablar del inevitable conflicto paternofílial de todo policía nórdico que se precie. A todo esto, yo me pregunto: ¿forma parte de los méritos exigidos a todos servidor público escandinavo el contar con una complicada vida familiar?, ¿puntúa en las oposiciones los dramáticos desencuentros generacionales con, preferentemente, sus hijas? Por cierto, el desenlace de esta historia familiar cierra la novela con un final digno de ser destripado (¡máximo pecaso en estos casos!), para escarmiento de incautos.

Se podrá decir, ¿no son los conflictos familiares un ingrediente fundamental en las obras nórdicas? Me vienen a la memoria Rompiendo las olas, de Lars von Trier, Fanny y Alexander, de Ingmar Bergman, o los personajes de las novelas de Per Wahlöö y Maj Sjöwall, comentadas en el post anterior. Estas situaciones, o enganchan o cansan, La mujer de verde es cansina.

El desarrollo de la investigación, a lo largo de la cual la historia pasada va engarzándose en la presente, es muy pobre, plagada de recursos fáciles, como la aparición de la misteriosísima mujer de verde en el escenario de las excavaciones, o que muchos hechos se aclaren por confesiones de los personajes (sí, sí, confesiones, como suena, para qué una buena investigación que vaya atando cabos).

Todo el interés se concentra en la historia pasada que da lugar a las pesquisas en el presente, una historia de salvaje brutalidad doméstica, de abusos y malos tratos familiares, que esto sí, el autor dosifica hábilmente para que crezca progresivamente la intriga en el lector, pero una intriga ¿vacía?, no crea situaciones o personajes memorables, una vez desvelada, la atención cae súbitamente. El autor se la juega a una carta, y a juicio de este servidor, pincha.
Probablemente esta crítica sea excesiva. Para quien desee una visión distinta del libro (¿será el mismo?), que lea casi todas las opiniones que se han escrito sobre él, a modo de ejemplo: