domingo, 25 de mayo de 2008

Entrevista con Massimo Carlotto

El pasado mes de abril El Pais Semanal incluyó un reportaje sobre Massimo Carlotto, quien ha publicado recientemente la novela Hasta nunca, mi amor (Editorial Planeta), protagonizada por un policía corrupto. Carlotto militó en un grupo violento de extrema izquierda en la década de los 70; fue condenado por un asesinato que no cometió, tuvo que exiliarse de Italia, y tras un calvario judicial de dieciocho años, logró rehabilitar su inocencia.

REPORTAJE: El hombre que novela la corrupción.- Babelia EL PAIS 18/04/2008




sábado, 17 de mayo de 2008

Muerte de un nacional

Rebecca Pawell
(Death of a Nacionalist)

Ediciones B, 2005
Calificación: 2,5/5

Confieso que lo que me animó a leer este libro fue lo insólito de una escritora neoyorquina situando una novela policíaca en el Madrid en ruinas, hambriento e inhóspito de la posguerra, y además con un guardia civil como protagonista. Este tipo de curiosidades suele pagarse habitualmente con historias llenas de tópicos absurdos y sin la menor verosimilitud para el lector familiarizado con el entorno donde se desarrolla la acción.

Recientemente se ha presentado en España otra novela policíaca ambientada en la posguerra española, Invierno en Madrid, del autor inglés C.J. Sansom, también publicada por Ediciones B. Antonio Muñoz Molina ya situó en este momento histórico su gran novela Beltenebros, que puede considerarse también una historia negra.

Muerte de un nacional es la primera y de momento única traducida de la serie de cuatro novelas protagonizadas por el sargento de la Guardia Civil, Carlos Tejada: Law of return, The watcher in the pine, y The summer show. Por una vez, el título traducido es mejor que el original en esta primera novela.

En esta ocasión el sargento Tejada investiga la muerte a tiros en plena calle de un compañero guardia civil con el que compartió asedio en el Alcázar de Toledo. Un cuaderno escolar encontrado junto al cadáver será la pista que sirva de inicio a las pesquisas del sargento. Al mismo tiempo, Gonzalo Llorente, antiguo carabinero republicano, se esconde de sus perseguidores mientras busca al autor de la muerte de su compañera. Ambas investigaciones se cruzarán en el mundo del estraperlo y sus conexiones inconfesables con algunos vencedores.

La novela se mueve dentro de los cauces seguros del esquema más clásico de la novela policíaca. Una de sus virtudes es el desarrollo de dos historias en paralelo, uno por cada bando, de forma que no se pueda hablar de un solo protagonista (al menos en esta primera novela), sino de dos. Gracias a ello, la autora nos muestra las diferencias en la vida cotidiana de los integrantes cada bando durante la posguerra.

El marco geográfico e histórico elegido constituye también una de las mejores originalidades para una novela políciaca. No obstante, la localización de los lugares de Madrid donde transcurren los diferentes episodios es un tanto difusa y abstracta, quizá para no lastrar el relato con descripciones pormenorizadas que puedan cansar al lector que no conozca la ciudad.

Esta imprecisión contrasta con dos lugares muy concretos donde se sitúan dos de los momentos principales del relato, y que a mi modo de ver resultan todo un acierto, la calle Amor de Dios, donde se comete el asesinato que abre la historia, y la calle Tres Peces, donde vive la familia Llorente. Quien haya paseado por estas calles sabrá que tienen que esconder forzosamente alguna historia.

Pensando en esas historias, me vino a la memoria la descripción de la vida en Madrid en los años previos a la Guerra Civil en Forja de un rebelde, de Arturo Barea. Es una lástima que la novela no ahonde en este aspecto, un mayor detalle de los lugares de Madrid que pueden ser rastreados hoy en día habría sido otro aliciente de la novela.

Muerte de un nacional no es una novela policíaca genial ni memorable, pero se lee con agrado y sobre todo, pasa sobradamente el corte: resultan creíbles los lugares, los personajes, los comportamientos, el marco histórico.


LO MEJOR: El marco geográfico e histórico, el Madrid de la posguerra, resulta un aliciente original, interesante y creíble. Aunque pueden intuirse las simpatías de la autora, no existe en la novela el maniqueísmo de buenos y malos en el que fácilmente suele incurrirse cuando se aborda el tema de la Guerra Civil y sus consecuencias. El relato nos muestra dos historias paralelas de un vencedor y un vencido que acaban cruzándose, una de sus mejores virtudes.

LO PEOR: Un desenlace apresurado y no bien resuelto; ni siquiera puede decirse que sea correcto, por fácil o manido, sencillamente es casi inexistente, se liquida en pocos párrafos. Una lástima que el relato sea verosímil en su planteamiento y desarrollo, y tenga un cierre tan descorazonador. El final en Nueva York contribuye a mejorar el regusto final.


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