
Editorial Emecé, 2008
Calificación: 3/5
En Japón los trenes llegan con una puntualidad rigurosa, las calles están pulcras sin necesidad de papeleras ni barrenderos, se cruza por los pasos de cebra. Cada japonés sabe el papel que tiene que desempeñar para que la sociedad funcione como un reloj de precisión. Y espera que también su vecino desempeñe el papel que le corresponde.
Quien haya estado en Tokyo habrá comprobado que es una ciudad mucho más ordenada que otras grandes, a pesar de cuadruplicar con creces su población con respecto a Madrid y ocupar una extensión menor. Japón muestra una realidad impermeable de organización, eficiencia y progreso, ideas que se asocian automáticamente a este país.
A vueltas con Japón y lo japonés, Out nos enseña la otra cara de este país, no la cara del vicio, como en Sopa de miso, que también forma parte de lo aceptado socialmente aunque no reconocido, sino la cara de aquellos no desempeñan el papel que les toca y son rechazados por la sociedad japonesa.
El eje central de esta novela lo componen cuatro mujeres, cuatro arquetipos rechazados, cada una por motivos diferentes, que confluyen en una vía muerta y sin esperanza, un trabajo nocturno de envasadoras en una cadena de producción de una fábrica. El único elemento en común que las une, también las define; el trabajo nocturno es su refugio ante el rechazo social y familiar.
Una de estas mujeres, harta de los abusos y maltratos de su marido, lo mata en un arranque de rebeldía. Sus compañeras de trabajo la ayudan a deshacerse del cuerpo. La policía culpa al dueño de un club nocturno con el que el fallecido discutió la noche antes de su muerte. A partir de aquí la trama se va enredando y desenredando en sucesivos ovillos, y ganando progresivamente intensidad hasta el clímax final. Estos ovillos están bien hilados, uno nos lleva al otro de forma espontánea.
En Out el protagonista no persigue al criminal, las protagonistas huyen de todo, de su familia, de la empresa, de la policía, del loco asesino. Como en El talento de Mr. Ripley, nos hacemos cómplices del criminal y deseamos que no sea descubierto, que supere todas las pruebas y consiga alcanzar la vida que desea. Y en esa clave, la historia acierta plenamente.
Buena descripción de la situación, el entorno, las circunstancias, la historia de estas mujeres y de los personajes que se mueven alrededor de ellas. Sin embargo, estos personajes, y en especial las cuatro protagonistas, se acercan a arquetipos rígidos, desempeñan el papel que les ha tocado hasta el final. La novela negra se caracteriza por tener unos personajes muchas veces ambiguos, dudan, se arrepienten, son imprevisibles. Poco de ello sucede en esta historia japonesa.
De nuevo escabechinas sangrientas, estallidos súbitos de violencia y locos asesinos. Ignoro si es una seña de identidad de la novela negra japonesa, lo cierto es que tanto Sopa de Miso como Out tienen estos elementos en común. Los descuartizamientos de cadáveres son descritos con cierta naturalidad; supongo que una muerte por envenenamiento en una novela negra japonesa sería considerado como algo extremadamente insulso, un caso indigno de ser investigado.
En suma, una buena novela, entretenida e interesante, pero de momento voy a descansar de vísceras, gore y sádicos asesinos, salvo que alguien conozca una novela japonesa de este género que plantee otros recursos.
LO MEJOR Y LO PEOR: Sin ánimo de sentar dogma, una novela negra puede valorarse principalmente por el marco donde sitúa la acción, los personajes, la trama o tramas, y el desenlace. Podría añadírsele un elemento más, uno general que los une: el consciente o inconsciente que lo mueve todo, el motivo subyacente (no me gusta hablar de mensaje o moraleja).
Si tal fuera el caso, Out obtiene un notable en el marco, un aprobado en los personajes (bien planteados pero un tanto arquetípicos) un notable en las tramas y un suspenso en el desenlace (¿cuántas historias se malogran por un pobre final?). Sencillamente no me creo el final, el sadomasoquismo seguirá siendo un misterio para mí.
OTROS LIBROS DE LA AUTORA: Que yo sepa, no se han publicado más libros de esta autora en castellano. En inglés se han editado Grotesque (2007), What Remains (2008) y Real World (2008).
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